martes, 25 de noviembre de 2008

Casualidades


Hoy me he propuesto no hablar de política. A ver si lo consigo. Y eso que a un amigo le debo una explicación de por qué el peor enemigo de un comunista es un socialista, pero será otro día. Prometo escribirlo el día que el socialismo francés se reconcilie, es decir, nunca.

Hoy me ha pasado una cosa de esas que te dan que pensar (es que hoy estaba de fiesta y no tenía demasiadas cosas que pensar). Estaba con un fulano tomando un café y hablando de muchos temas. En una de esas conversaciones ha salido a la palestra el nombre de Mengano, ese ex compañero del colegio al que no ves desde hace 8 o 10 años. Te lo imaginas con traje y corbata trabajando en un despacho a pesar de que por aquel entonces era el más quinqui de la clase. En esas estábamos cuando de pronto suena mi móvil y en la pantalla se lee Mengano. ¡Qué casualidad! Y así, a lo tonto, te das cuenta de que tu vida, esa que te parece que controlas casi completamente, está llena de tontas casualidades que te van llevando hacia no se sabe muy bien dónde.

Hace unos años yo todavía estaba estudiando en la Universidad. Cuando llegué allí no conocía a nadie, o prácticamente nadie. La primera semana se me acercó una chica que yo no conocía y me dijo: "Tú eres amigo de Mengano 2 (otro Mengano)". Y así empezó una relación de amistad que todavía se mantiene y que condicionó casi todas las amistades que hice durante la carrera. Al menos las más íntimas.

Cuando yo tenía 7 u 8 años, no recuerdo bien, iba cada verano al pueblo, donde viven mis abuelos. Enfrente de su casa había otra abandonada, en ruina. Allí me pegaba yo horas jugueteando con piedras tirándolas de un lado a otro y haciendo un poco el mal. Un buen día apareció otro chaval de mi edad y se metió entre los escombros. Como acabamos con las manos llenas de polvo y tierra, le ofrecí el baño de la casa de mis abuelos para que se las lavase antes de ir a su casa. Así empezó una amistad que también perdura hoy en día.

Ahora bien, ¿qué tienen que ver estas dos casualidades inconexas? Mi amigo, que no es de Navarra, sólo venía cuando llegaba el verano, pero un buen día decidió venir a Pamplona a estudiar durante un año. Y, casualidades de la vida, sin que yo mediase para nada, mi amigo conoció a mi amiga de la Universidad, se gustaron y hoy son pareja. Así que lo que era un viaje de un año para estudiar se ha convertido en algo definitivo porque ahora trabaja y vive aquí.

Muchas veces nos empeñamos en controlar las cosas, en planificarlas para que sean como nos gustaría que fuesen. Y, al final, las puñeteras casualidades te van llevando donde quieren. Cuando empecé a hacer prácticas envié dos cartas a dos sitios de trabajo distintos. De uno llamaron y del otro no. Y desde entonces allí sigo. Jamás hubiese dicho que aquella llamada iba a condicionar de una forma tan grande mi vida, especialmente en cuanto a las relaciones personales se refiere. Muchos de los que trabajan conmigo se han convertido en buenos amigos con los que paso más horas que con mis otros amigos o mi familia. Algunas de esas amistades, como la de la Uni o la de la casa en ruinas, me acompañarán siempre. Así son las casualidades. ¿Cuál será la próxima?

martes, 18 de noviembre de 2008

Dando la nota

Spain is different. O traducido al castellano, siempre dando la nota. Así somos los españoles desde hace siglos, y parece difícil que nos hagan cambiar ahora. Mientras los ejecutivos de medio mundo se apresuran a saquear las principales empresas, o lo que queda de ellas, antes de que el dinero de todos acuda en su ayuda, en España nos dedicamos a linchar a Miquel Barceló por hacer una obra de arte.

Es verdad que el Gobierno no ha sido nada hábil a la hora de explicar el proyecto y su coste, pero eso no es más que la excusa utilizada por algunos. Hay críticas al coste, unos 18,5 millones de euros, que es lo que vale la cúpula de Barceló y el resto de la sala, cuya obra ha sido importante. De esos 18,5 millones, unos 6 son para el artista. Habrá quien piense que eso es mucho, pero si se tiene en cuenta lo que vale cualquier obra de Barceló en el mercado estamos hablando de unas cifras más que razonables. El ex director de Fortis se llevó cuatro de indemnización por ayudar a hundir la empresa antes de que los gobiernos europeos tuviesen que intervenirla.

También hay críticas a que una parte mínima del dinero ha salido de los fondos de ayuda al desarrollo. En ese fondo hay partidas muy diferentes, y no todas van directamente destinadas al Tercer Mundo ni mucho menos. Una de ellas, de la que sale el dinero empleado, es para orgnismos multilaterales, definición en la que encaja perfectamente esta obra en la ONU. El argumento que utilizan los críticos es que con ese dinero se puede prestar mucha ayuda. Y la respuesta a ese planteamiento simplista es sí. ¿Cómo se va a poder contestar que no a eso? Pero dicho eso, también se puede decir que el dinero que se va a emplear en el tan ansiado Tren de Alta Velocidad (TAV) también podría solucionar muchos problemas en el mundo, y no creo que nadie esté dispuesto a renunciar a eso o a la autovía que le pase cerca de su casa. También se podría ayudar a los pobres si no se hubiese construido la basílica de San Pedro, o si no se hubiesen gastado 50 millones de euros en restaurar la capilla Sixtina. Pero lo cierto es que si esos proyectos no se hubiesen acometido la humanidad no habría conocido dos de las más hermosas obras de arte que jamás ha creado el hombre.

El arte es la forma que tienen los pueblos de comunicarse, de dejar constancia de lo que son. Son testimonio de un tiempo y de los hombres que lo vivieron, de sus anhelos, de sus esperanzas, de su forma de concebir el mundo. El arte es de lo poco realmente perfecto que deja el hombre a las generaciones venideras. ¿Sería posible entender la prehistoria sin Altamira? ¿Sería posible entender la Grecia clásica sin sus estatuas? ¿Sería posible entender la Roma clásica sin el coliseo o sus palacios? ¿Sería posible entender parte de nuestra historia sin el románico o el gótico? ¿Sería posible entender el siglo XX sin la pintura?

Parece lógico que en un país que condenó a morir en la cárcel a Miguel Hernández, que fusiló a García Lorca, que maltrató a Picasso o que obligó al exilio a Machado y a otros tantos artistas siga sin apreciar lo que supone el trabajo de genios como Barceló. Ayer estábamos en la caverna y hoy estamos emprendiendo una gran obra, gritándole al mundo dónde está España y demostrando el talento de este pueblo. Lo que para cualquier país sería motivo de orgullo, para el nuestro es motivo de burla. Porque si somos sinceros, a la mayoría le da absolutamente igual lo que haya costado la dichosa cúpula, el caso es ridiculizar esos "churritos" que salen del techo y que han sido pintados "al tun-tun".

Hoy se pedirá la dimisión de Moratinos en el Congreso. Me da igual la ideología de quien promueve la obra, de quien la hace y de quien la critica. En esta vida se puede etiquetar a la gente de muchas maneras, y una de ellas es entre tontos y no tontos. Y quienes hoy piden la dimisión de Moratinos pertenecen a la primera. Si usted pertenece a la segunda categoría es libre de que la dichosa cúpula le guste o no, pero seguramente se sentirá orgulloso de que un artista español pueda provocar admiración en el mundo y de que su país haya podido acometer una obra así. Yo al menos, así lo siento.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Profetas del apocalipsis

Hace unos días se me acercó una gitana mientras paseaba. La típica con su ramita de romero que presume de ver en la roña de tus manos hasta el dinero que tienes en el banco. Al principio todo son halagos, que si guapo, que si caballero, que si esto que si lo otro. Por unos segundos hasta te levantan la moral. Hasta ahí vas bien, pero como tengas la desagradable ocurrencia de mantener tus euros a salvo ya la has pifiao. Entonces tienes que aguantar toda serie de maldiciones biblícas que recaerán sobre ti, sobre tus hijos, los hijos de tus hijos, los hijos de los hijos de tus hijos... Y tú, como si nada, sigues el paso rezando para que la gitana no te siga por la calle y esos momentos de vergüenza duren lo menos posible.

No sé si llevan ramas de romero, y seguramente se han formado en las mejores universidades, pero hay algunos políticos que se comportan igual. Si les bailas el agua todo es estupendo, pero como tengas la osadía de pasar de ellos la cosa se complica y lo que antes era blanco ahora es negro. Si sube la inflación es malísimo, pero si baja es todavía peor. ¿? Si sube el euríbor es una catástrofe, pero si baja es que se avecina otra peor. Vamos, la alegría de la huerta. En el tanatorio San Alberto hay mejor ambiente que en los maitines. Bastante hace mucha gente con llegar a fin de mes como para que los pluriempleados con dietas (sólo 45 de los 350 diputados del Congreso se dedican únicamente a la política) se conviertan en profetas del Apocalipsis. Un poco de optimismo tras las gafas de pasta no estaría de más.

martes, 4 de noviembre de 2008

Yes, we can

Son las 6.30 minutos de la madrugada en España. Hace poco más de diez minutos que Barack Obama ha dado su primer discurso como presidente electo de los Estados Unidos en un abarrotado parque de Chicago. Algunos hablan de un millón de personas. No ha sido una noche electoral emocionante. Acostumbrados ya a los ajustados resultados de las dos últimas elecciones, lo de esta noche ha sido un poco decepcionante. Obama ha pasado como una apisonadora por casi todos los estados que se consideraban indecisos. Para resumir la noche, ningún estado de los que votó demócrata en 2004 ha cambiado de voto, mientras que a los republicanos les han salido traidores en Nevada, Montana, Colorado, Nuevo México, Iowa, Indiana, Ohio, Virginia y Florida. Casi nada.

La falta de emoción electoral se ha compensado con creces después con los discursos de los dos candidatos. Me confieso poco devoto de los Estados Unidos (entendida la palabra devoto como esa especie de complejo de inferioridad que suele invadir a muchos europeos, especialmente a los que tienen bigote) y, en general, poco permeable a los discursos patrióticos y a la parafernalia yanquee. Sin embargo, tengo que reconocer la grandeza democrática de ese país. El discurso de McCain aceptando su derrota ha sido de una elegancia poco habitual a este lado del Atlántico.

Y después ha llegado Obama, el primer presidente negro de la historia del país. Con Chicago rendida a su pies se notaba en el ambiente que el mundo entero esperaba ese discurso. Todos los que a esa hora seguíamos pegados a la televisión sentimos que estábamos viviendo un momento histórico, algo que se recordará siempre. No es para menos. La verdad es que ha sido muy emocionante ver las lágrimas de muchos afroamericanos por ver su sueño hecho realidad. Sólo viendo esos rostros uno puede hacerse a la idea de lo que significa para una parte importante de América lo que ha ocurrido esta noche. Hace poco más de 100 años todavía existía la esclavitud. Hoy, un negro dirige a la primera potencia del mundo. Con sus cosas buenas y sus cosas malas, estas lecciones sólo las puede dar Estados Unidos.

Hoy se ha visto la América que ha permanecido invisible durante los últimos ochos años. Viendo las caras de los que estaban en Chicago y sus reacciones a las palabras de Obama, uno entiende que en aquel país también hay gente preocupada como aquí por la hipoteca, gente sencilla que simplemente reclama un poco de esperanza en sus vidas y que quiere recuperar el orgullo de sentirse ciudadanos de su país. Hay una frase de Obama que se me ha pegado cuando hablaba del liderazgo de Estados Unidos. Ha dicho que no quiere que su país se imponga "por su riqueza sino por sus ideas". Simple pero muy profundo a la vez.

El discurso de Obama de esta noche será recordado durante mucho tiempo. Los cientos de miles de personas que escuchaban al nuevo presidente en Chicago han abandonado el parque con una sonrisa que refleja la esperanza que ha sabido trasmitir Obama. Eso es quizá lo más difícil de conseguir para un político, y es algo que se ve muy pocas veces en occidente. Nos estamos acostumbrando a tener presidentes que responden a un perfil gris, técnicamente muy bien preparados y que dominan varias disciplinas. Pero para eso ya están los asesores y los ministros. La política es algo más, es el arte de liderar, de indicar la dirección, saber trasmitir las instrucciones para llegar allí y contagiar el entusiasmo necesario para emprender la marcha. Parece que hoy el mundo vuelve a tener un líder, parece que hoy la política recupera el sitio que nunca debió perder. No sé si esta sensación es fruto de nuestra necesidad o es que realmente Obama la representa. En cualquier caso no desaprovechemos la ocasión. Podemos. Yes, we can.